A veces, las ideas más poderosas nacen de una simple pregunta:
¿Qué pasaría si aprender teoría musical fuera simple, flexible y accesible para cualquier persona, sin importar dónde esté?
Así comenzó esta historia. Una historia de pasión, de compromiso, de transformar la educación musical y acercarla a quienes quizás ya habían perdido la esperanza. Esta es la historia de Armonías Virtual, una academia nacida del corazón, hecha con propósito y guiada por el deseo de compartir la música de forma real, accesible y profundamente humana.
Todo comenzó en Salta, Argentina. Mientras observaba a músicos locales tocar con emoción en escenarios y peñas, noté algo que se repetía: muchos de ellos no sabían leer música. Tenían talento, sí. Pero les faltaban herramientas fundamentales para disfrutar la música no solo desde el sentimiento, sino también desde el conocimiento.
Entonces me hice una pregunta: ¿Y si existiera una forma más libre, accesible y cálida de aprender teoría musical? Una que no dependiera de carreras extensas, horarios fijos ni estructuras académicas rígidas.
En ese momento, ya daba talleres presenciales. Me encantaba enseñar, pero sentía que estaba atrapada en una rutina: una hora, papel, charla, y luego esperar otra semana. Así no se aprende música profundamente. O al menos, no se disfruta como debería.
Mi pareja y yo compartíamos esa sensación. Ambos habíamos atravesado experiencias frustrantes como estudiantes: profesores que no explicaban con claridad, clases interminables, mucha teoría sin sentido práctico. Y eso nos unió en una idea común: crear una forma distinta de enseñar, con base sólida, pero cercana.
Así nació Armonías Virtual, la versión online de nuestra academia física “Armonías”, en Salta. Queríamos ofrecer un curso que realmente acompañara, explicara con claridad y respetara el tiempo y las necesidades reales de cada persona.
Empezamos por abrir una cuenta en la plataforma educativa. Lo siguiente fue experimentar: probamos distintas herramientas, evaluamos opciones, y muchas veces nos sentimos frustrados. Algunas plataformas no permitían interacción, otras no ofrecían actividades reales. Pero sabíamos que valía la pena seguir.
Finalmente, encontramos la opción ideal. Creamos un curso de teoría musical con 15 capítulos, cada uno con textos explicativos, videos claros y estructurados, lecciones prácticas, cuestionarios automatizados y foros de consultas. Todo pensado para que cada estudiante se sienta acompañado, sin importar en qué país se encuentre ni cuánto tiempo tenga disponible.
Cuando terminamos de grabar y montar todo el contenido, sentimos que el proyecto tomaba forma real. Nos emocionó ver que eso que solo era una idea se había convertido en una experiencia educativa completa, práctica y humana. Fue ahí cuando supimos: esto va en serio.
Por supuesto, no todo fue fácil. Uno de los mayores desafíos fue aprender a invertir el dinero en marketing de forma efectiva, ya que al principio hacíamos todo entre los dos. Pero también fue uno de los mayores aprendizajes: valorar el contenido que creamos y confiar en su potencial.
Desde el comienzo, tuvimos claro que Armonías Virtual debía representar libertad, respeto y humildad. La libertad de aprender sin estructuras opresivas. El respeto por cada proceso. Y la humildad de reconocer que siempre hay algo nuevo por descubrir.
Queremos que nuestra academia sea un espacio cálido, donde las personas no se sientan juzgadas, donde puedan equivocarse, aprender y crecer. Donde cada estudiante se sienta parte de una comunidad musical que valora tanto la emoción como el conocimiento.
Soñamos con ampliar nuestra propuesta: crear cursos de armonía, solfeo, teoría aplicada a instrumentos, entrenamiento auditivo y más. Todo con la misma filosofía: enseñar desde los fundamentos, sin dejar de lado lo humano.
El nombre Armonías tiene una historia propia. Nació de un grupo musical familiar en el que participábamos con mis padres, donde combinábamos melodías y armonías con diferentes instrumentos. Ese espíritu de colaboración, diversidad y belleza fue el que quisimos llevar al aula, y hoy al entorno virtual.
Si alguna vez pensaste que aprender música no era para ti… si creíste que ya era tarde, que no tenías el tiempo, o que no eras lo suficientemente “bueno”…
Armonías Virtual existe para demostrarte lo contrario.
Aquí hay un lugar para ti. Para tu ritmo. Para tu deseo de aprender.
Porque la música no tiene fronteras, ni edad, ni límites.
Y cuando se aprende con claridad, respeto y alegría,
la música se convierte en un lenguaje que te pertenece para siempre.
- Autores: Angel Mariano Zerpa y Ailén Lis Muñoz